“¿Sabes esas situaciones en las que SABES lo que quieres decir, incluso VES la imagen, pero la palabra NO-TE-SALE?”

 

¿Es normal o no es normal?

¿Por qué me pasa?

¿Qué puedo hacer para evitar que me pase?

Estas son algunas de las preguntas que os podéis hacer o podéis haber oído que se las hacen personas cercanas de vuestro entorno. A menudo la respuesta a estas preguntas es que esto nos pasa porque nos hacemos mayores, que es normal y que no se puede hacer nada. Estas respuestas en parte son ciertas y en parte no, puesto que para saber si lo que le pasa a una persona es normal o no hay que saber su edad, la actividad mental que hace y, sobre todo, es necesario que un profesional o varios evalúen el estado de la persona.

 

A menudo pasa que las personas preocupadas por este tema (generalmente mujeres, aunque también hay hombres), acuden al neurólogo para que les haga pruebas, como por ejemplo un TAC del cerebro, a las cuales el médico dice que todo está bien, que no hay ninguna dificultad añadida a lo que es normal por su edad. Aún así, la persona afectada no queda satisfecha y de vez en cuando continúa haciéndose pruebas, con respuestas similares a las anteriores.

 

Podemos decir que nadie se salva del hecho de tener con la edad más dificultades para expresarnos, ni tampoco se salva de las dificultades para comprender lo que nos están diciendo (más evidente en personas con edades avanzadas), sobre todo si el mensaje es un poco complejo de entender.

 

El motivo médico de este cambio es principalmente circulatorio, puesto que con los años la cantidad de riego sanguíneo que llega al cerebro disminuye porque las venas y las arterias se hacen más gruesas. Por lo tanto, como el cerebro no recibe la cantidad de sangre necesaria (que trae oxígeno, nutrientes, etc.), este órgano se encoge, y por tanto las habilidades más complejas localizadas a la parte externa del cerebro (como lo es la comunicación verbal) quedan afectadas.

 

Con todo, lo que se recomienda es hacer todo el posible para mantener una buena salud general, es decir: hacer ejercicio físico, comer de forma equilibrada, dormir las horas necesarias, evitar el estrés y los tóxicos como el alcohol o el tabaco y activar la mente de varias formas, como por ejemplo leyendo (la poesía va muy bien), manteniendo las relaciones sociales y conociendo gente nueva, aprendiendo algo… ¡lo importante es hacerlo con ganas!

 
 
 
 
 
 
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